lunes, 23 de agosto de 2010

Matrimonio homosexual, un debate que crece en Colombia

La comunidad LGBT reclama el derecho a este tipo de unión para lograr más beneficios.

En la calle 26, en Bogotá, está la valla en la que promocionan la serie 'Modern Family', con la imagen de dos hombres con un bebé como su hijo.

Es una valla publicitaria en una vía bogotana. Hay dos hombres y un niño en brazos. Sobre uno de ellos está el letrero 'papá', sobre el otro, 'mamá', y el niño lleva la palabra 'bebé'.

Es el aviso con el que se promociona la nueva serie de TV estadounidense Modern Family, que muestra una realidad frecuente en otras partes del mundo: parejas de gays o de lesbianas criando niños.

Y aunque se trata sólo de una valla, el mensaje llega justo en medio de la discusión que se agita en el país por cuenta de dos demandas ante la Corte Constitucional que piden aprobar el matrimonio y la adopción en parejas del mismo sexo, con lo que se daría un giro radical al concepto de familia.

La Iglesia ha criticado la iniciativa, catalogando las uniones homosexuales como "antinaturales". El Departamento Nacional de Estadística (Dane) conceptuó en contra, basado en la procreación entre hombre y mujer descrita en el Génesis de la Biblia.

"Aquí se está legislando con la Biblia, no desde las leyes ni desde los derechos", opina el abogado Germán Rincón, activista del colectivo Lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas). Insiste en que Colombia es un país laico desde 1991 y, por tanto, el Estado no debe regirse por la opinión de la Iglesia.

¿Puede denominarse familia una pareja del mismo sexo? "Claro", dice Marcela Sánchez, directora de la ONG Colombia Diversa y explica que, al igual que en los heterosexuales, los une el amor, la solidaridad e incluso la reproducción en algunos casos.

Según ella, el Estado reconoce como familia a aquella conformada por una madre soltera y su hijo, una pareja que no desea tener hijos, abuelos o tíos criando a sus nietos y sobrinos, parejas separadas y sus respectivos hijos.

Y aunque no son reconocidas como tal -añade- existen miles de parejas del mismo sexo que comparten su vida en hogar, de las cuales, muchas tienen sus propios hijos o los adoptan.

Según el abogado Rodrigo Escobar Gil, las uniones homosexuales -incluso con hijos- son una realidad social y por eso el Estado ya les ha reconocido ciertos derechos. No obstante, eso no quiere decir que sean sustancialmente iguales a las heterosexuales.

"Es antitécnico que pueda existir un matrimonio entre parejas del mismo sexo; el modelo de familia que adopta nuestra Constitución es el que conforman un hombre y una mujer que pueden procrear", reflexiona el jurista.

Del visto bueno de la Corte, que iría en sintonía con lo sucedido en Argentina y México en los últimos dos meses -dónde se legalizó el matrimonio gay y la adopción-, depende que las parejas del mismo sexo en Colombia puedan gozar de una universalidad de derechos, que desde el 2007 permite las uniones ante notaría, entre otras cosas.

Entonces, ¿para qué el matrimonio? Según la abogada de familia María Eugenia Gómez, hay grandes diferencias entre las uniones de hecho a las que acceden los gays -que equivalen a las de unión libre heterosexual- y un matrimonio. Este es válido desde el momento en el que se contrae; las uniones de hecho sólo son válidas cuando se comprueban dos años de convivencia; eso, además de derechos exclusivos del matrimonio.

¿ Y la adopción?

El matrimonio no es el único tema en el que debe pronunciarse la Corte. En unas cuatro semanas debe tomar una decisión sobre la acción de tutela interpuesta por una lesbiana de Medellín que exige que su pareja pueda adoptar a su hija biológica. Un juzgado de Antioquia falló a favor de la mujer, ordenando al Bienestar Familiar que autorice la adopción. La decisión fue apelada.

"Si me muero, mi esposa no podría acoger a la niña porque legalmente no es la mamá y se armaría un problema con el Icbf", advierte la mujer.

El abogado Rodrigo Uprimy señala que la Corte podría decidir si autoriza la adopción en estos casos (cuando el niño es hijo biológico de alguno de los dos) o si la legaliza de manera global para toda pareja homosexual.

Madre de Alcaldesa no tiene prejuicios

"Cuando me enteré, hace cinco años, se me vino el mundo encima. Me pregunté en qué había fallado". Estas son las palabras de Silvia Hernández, de 66 años, madre de la alcadesa de Chapinero, Blanca Inés Durán, quien en días pasados anunció que piensa unirse, mediante notaría, con su pareja Catalina Villa.

No fue fácil para Silvia, más aún por sus convicciones cristianas. Pero un día habló con la pastora de su comunidad y vio que no era el fin del mundo. Ha entendido que la homosexualidad de su hija no es una enfermedad ni un castigo. "La quiero y la admiro tanto, que me dije: si su decisión la hace feliz, debo apoyarla".

Reconoce que al comienzo no quería saber de su nuera, pero cuando la conoció y vio que era una persona amorosa y responsable, la aceptó como parte de la familia. Admite que ha sido un aprendizaje mutuo e interesante.

"Cuando me dicen que es pecado, pienso en los horrores que hemos conocido de los curas y me pregunto si Blanca, tan buena hija, no será mejor que muchos que predican tolerancia, pero en realidad son hipócritas", dice.

Hoy sus amigas oran por la alcadesa, pero no por la salvación de su alma, sino para que Dios le permita ser feliz.

Tomado de: ElTiempo.com