jueves, 26 de agosto de 2010

"Los jóvenes son criados por padres que no quieren crecer"

Marcela Ariza, de la U. de la Sabana, asegura que la juventud está enferma de soledad.

Marcela Ariza

Cuando entran a la universidad los padres sienten que sus hijos son grandes, la hora límite de llegada los viernes y los sábados comienza a extenderse hasta altas horas de la madrugada, ya no ven con malos ojos que fumen ni tampoco parece necesario estar tan pendientes de sus calificaciones. “Sin embargo, esta es una de las edades en la que los adolescentes más necesitan a un adulto”.

La preocupación de Marcela Ariza, directora del Instituto de la Familia de la U. de la Sabana, es compartida por la mayoría de rectores y docentes del resto de centros de educación superior del país, quienes hace poco decidieron convocar al inicio de cada semestre a los padres de los primíparos con el objetivo de concientizarlos de la importancia de no dejar solos a sus hijos ni desdibujar los límites impuestos en el colegio, para darles total libertad en la universidad.

Con la intención de comprender las nuevas formas de interacción de los adolescentes, sus preocupaciones y estilos de vida, el sábado se celebrará el V Congreso Internacional de la Familia en Bogotá. Un espacio en el que expertos de distintos países hablarán de tribus urbanas, del lenguaje juvenil y cómo descifrarlo. Ariza preside este encuentro, con el que busca hacer reflexionar a padres y educadores.

¿Los jóvenes de hoy son diferentes?
Son más creativos y quieren imponer nuevos estilos e identidades. Por eso se están reorganizando.

¿Cuáles son esos estilos?
Ellos siempre han querido identificarse con unas maneras de ver la vida. Sin embargo, hay un grupo que se caracteriza por estar triste, sin ilusiones. Son jóvenes educados por jóvenes, por adultos que se niegan a crecer.

¿A qué se refiere?
Son los hijos de esos papás que fueron sobreprotegidos, que no tuvieron responsabilidades y que ahora hacen lo mismo con sus hijos y no los están dejando crecer.

Esos jóvenes que se identifican por su tristeza, ¿a qué semestres pertenecen?
La mayoría son de quinto semestre y hemos visto que su tristeza es principalmente por la soledad, esta es la enfermedad del momento.

¿Se trata de un problema que se ha agudizado o visibilizado?
El problema es que ahora los jóvenes están viviendo en familias disfuncionales, en donde hay violencia y falta de credibilidad hacia el matrimonio.

Entonces lo que falta es prepararlos para aceptar las nuevas estructuras de la familia.
Más que eso, los prepararía para que en el futuro ellos puedan conformar familias funcionales.

¿Qué pasó para que la estructura de la familia cambiara?
Llegó el individualismo, el egoísmo. Aceptar al otro y ayudarlo a ser mejor no es una prioridad en los matrimonios de hoy.

¿Por eso los jóvenes le temen al compromiso de pareja?
Sí. La verdad es que están temerosos porque tienen modelos que les muestran que el matrimonio es muy complicado.

¿Qué tipo de situaciones suceden ahora en las familias que antes no se presentaban?
Lo que más me ha impactado es que hoy muchos estudiantes tienen que atender las adicciones de sus padres. Llegar a casa temprano para ver qué hacen con ellos porque son alcohólicos. Otros deben criar a sus hermanitos porque nunca hay un adulto en casa.

¿La mala comunicación entre padres e hijos también influye en la actitud triste y rebelde de muchos adolescentes?
Sí, los padres deben entender que para educar se necesita tiempo y ellos cada vez están más inmersos en el mundo laboral en busca de recursos que les permitan darles más cosas a sus hijos y éstos, a su vez, cada vez se sienten más solos.

¿Esto incide en el manejo que le dan a su sexualidad?
Sí, de hecho el problema del embarazo adolescente es preocupante y lo más grave es que estamos tratando de resolverlo repartiendo anticonceptivos, cuando primero hay que llenar a los jóvenes de amor propio y de respeto por su cuerpo.

¿Qué papel desempeña el docente?
Estos conflictos emocionales inciden de manera negativa en el desempeño académico de los estudiantes, así que los profesores deben ayudarlos y aconsejarlos cuando sea necesario.

Tomado de: ElEspectador.com