jueves, 13 de agosto de 2009

NIÑOS CON IMPULSIVIDAD

Los impulsos son característicos de personas poco reflexivas que actúan sin pensar y sin medir las consecuencias de sus actos o palabras. Aunque es normal que los niños pequeños actúen por impulsos, los padres deben corregir este comportamiento para evitar que en un futuro sean adultos impulsivos.

IMPULSIVIDAD

Los impulsos son una reacción inmediata y descontrolada ante un determinado acto o hecho. Se realizan sin reflexionar y sin tener en cuenta las consecuencias que pueden tener.

Algunas personas poseen una gran incapacidad para controlar los impulsos, deseos o tentaciones. Fracasan ante el intento de dejar de hacer algo que desean hacer, a pesar de saber que no deben hacerlo o que resulta dañino para sí mismo o para los demás. Son personas que sufren el "trastorno del control de los impulsos", como es el caso de los adictos al alcohol, juego, drogas, pirómanos, etc.

En el momento en que realizan el acto, estas personas sienten gran placer o satisfacción, sin embargo, después se arrepienten y se sienten culpables y entristecidas. Desean controlar sus impulsos, pero no saben cómo hacerlo. Necesitan ayuda de profesionales para solucionar su problema.

CONSECUENCIAS DE SER IMPULSIVOS

Hay niños que mientras corren van mirando por dónde van, y otros que mientras corren no miran por dónde van, dónde pisan ni dónde pueden caerse. Ante un objeto desconocido, algunos niños lo observarán cuidadosamente antes de tocarlo, mientras que otros lo tocarán sin dudarlo. Ante una "chuchería", la querrán comer de inmediato mientras que otros podrán guardarla para otro momento.

Los niños impulsivos están acostumbrados a cometer errores, a tropezar ante los obstáculos y a recibir regañinas por sus reacciones y forma de actuar. Son las consecuencias de ser impulsivos y no pensar antes de actuar. Hacen lo primero que les apetece o se les ocurre.

Tienen dificultad para ganarse la simpatía de los profesores y la de los padres de sus amigos, puesto que suelen molestar por sus reacciones, ya que responden sin pensar y hacen comentarios inapropiados. Pueden tirar un objeto en un momento determinado de malas formas si algo les ha contrariado o dar una patada o decir un exabrupto; no controlan sus reacciones. Esto hace que los demás niños se quejen y traten de evitarlos pues no disfrutan al estar con ellos.

CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS IMPULSIVOS

Actúan sin pensar. No se detienen a medir las consecuencias de sus actos, lo que les crea complicaciones en el colegio, con los amigos y en casa. Continuamente tienen problemas por su comportamiento inapropiado.

- Son impacientes. Quieren satisfacer inmediatamente cualquier deseo. Tener que esperar les supone un gran esfuerzo, les resulta prácticamente imposible. Se impacientan cuando tienen que hacer turnos o guardar una cola, si tienen que esperar empiezan a protestar y a portarse mal, resultando un fastidio para todos.

- En las conversaciones suelen interrumpir constantemente, responden antes de que se termine de formular la pregunta, si le preguntan a otro y ellos saben la respuesta, tienden a contestar sin detenerse a pensar que no es a ellos a quien le están preguntando.

- Pasan de una actividad a otra con mucha frecuencia. Son desorganizados y no terminan sus tareas o actividades.

- Les falta la capacidad del autocontrol. No controlan sus reacciones, por lo que pueden llegar a parecer en momentos determinados niños maleducados, impertinentes o agresivos.
- Son frecuentes en ellos, las rabietas, llantos, ira, malas contestaciones, etc. Si desean algo lo cogen y si se les niega, se enfadan.

-Presentan baja tolerancia a la frustración. Reaccionan con rabia o ira cuando se les niega algo o se sienten contrariados.

ACTITUDES DE LOS PADRES

Aunque los comportamientos impulsivos son normales en los niños pequeños, los padres deben tratar de corregirlos para evitar que se conviertan en adultos impulsivos.

- Fijar normas claras y precisas en cuanto a las consecuencias de sus impulsos. Las normas deben ser pocas y no se debe de ceder ante ellas. El niño tiene que saber que si las incumple, será castigado y que en ningún momento se le permitirá reacciones agresivas o malas formas cuando se le regañe o corrija.

- Establecer límites de comportamiento acordados con el pequeño. Debe saber qué se espera de él, qué le está permitido y qué no debe hacer.

- No ceder ante las rabietas. Es una reacción muy característica de los niños impulsivos. Si no logran su objetivo o los padres pretenden frenarle el impulso, suelen coger una rabieta.

- Supervisar constantemente su conducta. Estos niños precisan de mucha supervisión. Continuamente hay que estar recordándole cómo debe comportarse ante las situaciones en las que pierde el control o actúa por impulsos. Es importante que los padres estén informados de cómo se comportan en el colegio para poder corregir su conducta dentro y fuera de casa.

- Prestar atención al refuerzo positivo. Cuando controle sus impulsos en situaciones que habitualmente no lo logra, es muy positivo alabárselo y reconocerle el esfuerzo que ha realizado.

Tomado de: pulevasalud.com